Las contradicciones sociales, bien dirigidas, generan el consenso que permiten a los pueblos retomar el camino correcto, el que conduce a la grandeza, pero cuando esas contradicciones sociales no se manejan adecuadamente, traen el caos y la atomización de los propósitos nacionales, que hacen desandar en los pueblos el camino del éxito alcanzado.
El mundo está lleno de ejemplo de contradicciones bien dirigidas, tal es el caso de España; hasta el año 1978 estaba dividida, empobrecida, todavía padeciendo las secuelas sociales y políticas de la post guerra civil, pero sus líderes fueron capaces, en medio de todas las contradicciones, de ponerse de acuerdo y parieron la constitución del 78; con ello instauraron la alternabilidad democrática, restablecieron la unidad nacional representa en la monarquía, en un hecho poco común, por cierto, quizás explicado solo por las reminiscencias de su pasado imperial, y ahí están los resultados: hoy España es un país desarrollado, su población disfruta de un alto estándar de vida; de ser un país más de Europa, paso a ser la octava economía del mundo, según el FMI, con uno de los percapitas mas altos del globo. Tanto es así, que en ciertos sectores de izquierda se habla ya del "nuevo colonialismo español", por el peso que tiene España en el comercio mundial, principalmente en Hispanoamérica. De modo que para mí, España es el mejor ejemplo de contradicciones sociales bien dirigidas, en 1978 sus líderes optaron por ser un país grande y lo lograron.
Ahora bien para el logro de ese objetivo, España ha contado con una ventaja comparativa extraordinaria, que no la tiene ninguna otra nación de la tierra: su lengua, su cultura, el español, que es la lengua oficial de más países en el mundo y es la más hablada en el mundo (500 millones de personas) después del Mandarín chino. Ahí reside el secreto de su éxito; si le quitamos la fuerza unificadora de la cultura idiomática, España sería una nación más de Europa, probablemente con buen nivel de vida, pero no en los niveles actuales y mucho menos con las proyecciones futuras que tiene, contrario a otras naciones de su entorno.
Tomando en cuenta todas estas realidades que termino de enumerar, me sorprende ver que en este estadío histórico, existan en España provincias o regiones, como Catalunya, la provincia o país Vasco y otras con menor intensidad, como Galicia, que estén tratando de introducir sus idiomas regionales (el catalán y el vasco) como idioma oficiales de sus respectivos territorios políticos, sacando el español del sistema de enseñanza en las escuelas, como si fuese un crimen hablarlo; hasta la bandera nacional española hay quien se resiste a izarla, basados todos en un principio de autonomía, mal entendido, que les garantiza y confiere precisamente la constitución del ’78, y en un sentimiento regionalista (nacionalista) falso, sin sentido, que si no se maneja adecuadamente lo único que puede hacer es traer el disenso, el caos en la nación y hacerlos desandar el camino del éxito alcanzado al día de hoy, como decía en el párrafo inicial.
¿Qué les hace suponer a Cataluña, el País Vasco o cualquier otra región, que imponiendo sus culturas regionales esto los hará más grandes o prósperos en el futuro? ¿No sería mejor apostar a una Patria Grande, una España cada vez más grande y desarrollada para su disfrute y beneficio?
El colmo del regionalismo español es hacer las demandas que enarbolan en pleno ámbito de la Unión Europea. !Una entidad que en su esencia es la negación precisamente del nacionalismo europeo!
Tengo una cosa tengo muy clara, el asunto llega un poco mas allá del intento de proscribir el idioma español en las regiones, es la división lo que se busca.
Aunque parezca paradójico decirlo, la izquierda intelectual española tiene mucho que ver en el comportamiento de los sectores nacionalistas de derecha. Existe una alianza no escrita entre ambos. Nunca los sectores de intelectuales de la izquierda condenan las posiciones en ciertas formas separatistas de la derecha nacionalista (al contrario las toleran). La izquierda tiene como bandera el pasado de la guerra civil por la república, su lucha contra el Franquismo. La derecha nacionalista tiene como estandarte el nacionalismo anti estado español. Aunque las ideas de izquierda son contrarias por naturaleza a la de la derecha, en cierto sentido, en el caso español conviven juntas.
Pero, al final de cuentas, las ideas de los grandes hombres no caben en el ámbito de una región. La construcción de la Unión Europea es el mejor ejemplo de ello.
No comprendo entonces, cómo hay personas que aun en el calor de su fanatismo político regional son capaces de apostar a ser cada día más pequeños. No creo que España se merezca juegos iguales.
A largo plazo solo pierde España, cada día sera mas débil. Su condición de nación segura, en progreso, democrática, estable para las inversiones, puede ser sustituida por la idea de la inseguridad económica y política; con todo lo que ello acarrea, para los españoles sean regionalistas o no.
Y sin embargo ninguna nación americana ha pedido perdón por declarar su independencia...
ResponderEliminarCuando la independencia de las naciones de latinoamerica, no existia ningun sentido nacional, tampoco existia un estado organizado moderno como el español actual, para colmo españa se habia olvidado de sus colonias de ayer.
ResponderEliminarLo mejor es que a pesar de haber declarado su independencia, hoy latinoamerica esta buscando forma de integracion global, por que se entiende que las naciones son mas fuerte si estan unidas.
ResponderEliminarPor lo visto en latinoamerica abundan los imperialistas a favor de la unidad indisoluble del engendro ex-pañol.
ResponderEliminarMe importa bien poco, la verdad.
Puta Ex-Paña!
Vivan los pueblos libres!
Los pueblos, las culturas, los individuos son lo primero. Los estados, los gobiernos, los "paises", son una mierda artificial.
La "unidad" impuesta, la verticalidad, el actuar de arriba hacia abajo, es tiranía!
Yo no quiero ser "imperio", meteos vuestra gloria y vuestra grandeza por donde os quepa, fachas.
Viva la diversidad por encima de la unidad.