La izquierda latinoamericana esta de júbilo por el respaldo que cada dia les ofrece el electorado en la región lo que ha permitido llegar facilmente a gobernar unos diez paises en relativo poco tiempo. En cada caso se ha prometido reivindicar a los pobres de la miseria histórica que les golpea. Cuba, Venezuela, Brasil, Uruguay, Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, República Dominicana y ahora Nicaragua, son el motivo práctico del entusiasmo señalado.
Pareciera que de pronto las teorías de Marx y Lenin están siendo reivindicadas por nuevos y victoriosos discípulos y la frase histórica de Marx: “comunistas del mundo uníos”, se está haciendo realidad en Latinoamérica, con los nuevos esquemas de integración “bolivarianos” propuesto por unos, como alternativa a la integración capitalistas propuestas por otros.
Pareciera que de pronto hemos despertados en una Latinoamérica con diez países que marcan su rumbo histórico, en donde se intenta hacer que la democracia sea real y participativa, donde se respetan las instituciones y existe un marco jurídico con reglas claras, con una verdadera justicia social y donde los partidos políticos tienen ideas claras de su rol y sus líderes no son más que una expresión ejecutiva del propio partido.
Pareciera que de pronto la izquierda ha estudiado los errores que determinaron la caída del bloque socialista y los fracasos del populismo en Latinoamérica y sobre la base de este análisis ha emergido con fuerza para nunca más desaparecer del escenario político regional.
Me gustaría ver las cosas con el optimismo de muchas personas, incluso intelectuales, que entienden que todo lo anterior es precisamente lo que está ocurriendo en la región y que por fin saldremos de unos gobiernos que no han hecho más que perpetuar la pobreza en el seno de la población sobre la base de un discurso cargado de liberalismo y una bonanza que nunca llega. Pero cuando me detengo a analizar las prácticas políticas de los gobiernos en cada uno de estos países, en donde ha triunfado la izquierda, me encuentro con lo siguiente:
Primero, es el resultado de políticos populistas que han logrado el poder gracias el desencanto de la población ante las prácticas corruptas de los partidos politicos tradicionales. Esto podria ser peligroso pues los líderes populistas son circunstanciales y cuando las circunstancias cambian muchas veces terminan ofreciendo lo que no pueden ni tienen y esto los hace caer en la demagogia y el descredito, con todo lo que esto significa. Cuando se quieren reelegir hacen hasta lo que nunca soñaron para mantenerses en el poder.
Segundo, en ningún caso ha sido la obra de un partido de izquierda organizado y con amplia base social, sino que como consecuencia de lo anterior, han llegado al poder gracias a coyunturas de alianzas entre sectores sociales muchas veces disímiles y hasta antagónicos. Hay que estar claro de que sin base social amplia no hay garantía de permanencia en el tiempo. Los hombres terminan sustituyendo a los partidos.
Tercero, en algunos casos, las reformas que promueven no son más que la repartición, sin objetivos claros y de largo plazo, de los recursos naturales, por desgracia no renovables, a los sectores considerados pobres. Entonces, mientras tengan recursos habrá pan, pero sin políticas claras no garantiza que habrá riqueza permanente. En el caso venezolano, Hugo Chávez termina de ser reelecto con un amplio margen de aceptación y no creo que exista nadie en el mundo que pueda regatearle su triunfo en las urnas, pero su base de apoyo esta dada fundamentalmente por un precio del petróleo alto. Mientras el petróleo este a mas de 55 dólares el barril, habrá Chávez para mucho rato. Lo cuestionable es que no se esté pensando en que Venezuela, sobre la base del petróleo, debe generar las inversiones en el tiempo que le permitan desarrollarse definitivamente como país y esto no se logra sin que el gobierno de la nación no cree las condiciones necesarias en términos de libre mercado, de marco jurídico confiable y con la participación del sector privado, porque los gobiernos no lo pueden todo como muchas veces se piensa. Los tiempo de gobiernos fuetes y mercados débiles son cosas del pasado. Estamos en la era de la globalización del pensamiento, del capital y las comunicaciones, por lo que los regímenes de izquierda deben buscar la manera de constituirse en alternativas duraderas en esta época histórica, no pensando en discursos y posiciones políticas que se corresponden con la década de los “60. Por demás, piense lo siguiente: si el Sr. Rosales, como candidato opositor desconocido, en apenas tres meses, logró casi el 40% de los votos del pueblo, si se mantiene como líder de la oposición con un discurso coherente, en las próximas elecciones gana, porque los problemas estructurales de Venezuela están ahí, nadie los ha resuelto.
Cuarto, las reformas legales iniciadas por estos gobernantes en muchos aspectos son socialmente excluyentes y por ende mas tarde, esas mismas reformas, serán retrancas al progreso. Ninguna revolución puede permanecer si no se toman en cuenta los diversos sectores sociales y económicos que componen una nación. Por eso entiendo que Lenin no está muy presente en el pensamiento de los líderes de izquierda.
En los países en donde ha habido más éxito, como es el caso de Brasil y Chile, son países en donde los líderes han respetado las normas legales e institucionales existentes. El presidente Lula y la Bachelet lo que han hecho es buscar el pan de los pobres en la actividad económica de los ricos, no detener la actividad económica de los ricos para darle solución al problema de los pobres. Estos pueden durar más tiempo siendo opciones de poder, pero el primero, Lula, debe resolver los problemas de corrupción de sus gentes de lo contrario la corrupción se lo lleva a él también.
Humildemente entiendo que en el plano de la integración económica internacional, la izquierda lo que debe buscar es integrarse en términos de igualdad a los esquemas económicos existentes, como el Alca que promueven los EEUU y buscar la forma de hacerlos más humanos, que no solo sean acuerdos para el libre movimiento de capitales, pero con una visión clara de futuro para sus respectivos países; no promover una alternativa bolivariana excluyente, que nunca se asemejara a lo que concibió Bolívar en el siglo XIX, ni eran estos los propósitos. ¿Que es lo que la izquierda hasta ahora se ha planteado?:No negociación con los EEUU, que para colmo están en la misma región, pero sí se puede negociar con Francia, Alemania o Rusia. ¿Cuál es la diferencia entre estos países y los EEUU? Los chinos nos están diciendo como es que se logra el desarrollo, en nombre del socialismo pactan con la Union Europea, con EEUU, con Corea del Norte, con Rusia, con la India, con todo el mundo, siempre en función de los intereses de China y están construyendo su nación, en 20 años tendrán una economía tan grande como la que mas y al mismo tiempo son interlocutores ante los países capitalista del régimen de Corea del Norte, por ejemplo.
En resumen, los líderes de la izquierda gobernante latinoamericana deben revisar la historia, para no repetirla, deben adecuarse a los nuevos tiempos, hablar de competencia de mercado, de institucionalidad, de participación social, integración, de combatir la corrupción al tiempo que promueven la redistribución de la riquezas para terminar con la pobreza, para no terminar siendo víctima de las circunstancias y de las veleidades de un electorado que hoy te apoya, pero mañana te rechaza.
Si la izquierda no se revisa, asi como se ha teñido el mapa regional de ideas y gobiernos de izquierda, asi mismo desaparecera. Lamentablemente.
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