Derroche y pobreza

El que sigue es el editorial del dia de Clave Digital, el cual quiero darles a conocer por lo justo, realista, equilibado y oportuno que me resulta, ahora que los partidos politicos dominicanos estan inmerso en campaña interna, por demas extemporanea y fuera de la ley:

Por encima de sus diferencias, aparentes o reales, los partidos políticos
coinciden en un detalle que cualquier observador ingenuo inscribiría en las
muestras, ya infrecuentes, de solidaridad con los desposeídos o, quizá, como un
dato de la humanización del comportamiento de esas organizaciones.
Se trata de su reiterada proclamación de que están comprometidos en erradicar, o por lo menos disminuir significativamente, la pobreza que afecta a cada vez más amplios segmentos poblacionales.
Pero en eso los partidos se parecen mucho a los golpistas de hace cierto tiempo, los cuales, cuando se les antojaba, desconocían la decisión de los electores expresada en el voto, pateaban la Constitución, expulsaban de Palacio a los gobernantes legítimos y, en nombre de la democracia, usurpaban el mando de la nación.
En suma: sin ruborizarse siquiera, esos uniformados violentaban las reglas de la democracia para, según ellos mismos decían, "salvar a la democracia”, argucia con la que pretendían calmar su mala conciencia y, al mismo tiempo, darse una justificación externa.
Los partidos, que consumen cada vez más dinero en unas campañas erdaderamente irracionales, aseguran que lo hacen para alcanzar el poder y desde allí ayudar a los pobres a salir de la pobreza y, obviamente, aliarse a ellos en las tareas del desarrollo
que permitirá universalizar el bienestar.
En esta brega, y sin rendir cuentas que identifiquen fuentes de recursos y objetivos concretos del gasto, esas organizaciones se entregan al despilfarro, dan constantes muestras de desenfreno y cultivan el prebendismo y el rentismo, armas con las que reafirman la pobreza en lugar de erradicarla o reducirla.
Semejante conducta partidaria ha dado lugar a una imagen invertida: durante las campañas, ser pobre se ha convertido en casi un oficio, una forma de ganarse la vida, porque --como suele decirse popularmente— “hay que buscársela”.
De esa manera los partidos patean la dignidad de la gente “para darle una vida digna”, con métodos tan criticables como los de los gorilas que antaño estropeaban la democracia “para salvarla”.